Historia
A pesar de no existir una historia propiamente dicha sobre los suspiros, se cuenta con una serie de teorías bastante interesantes.
La primera de ella nos traslada al año 1600, momento en cual se cree que un pastelero de origen italiano llamado Wirly, y residente del pueblo suizo Meiringen, decide elaborar un postre nuevo y delicioso con el cual sorprender a sus clientes.
No obstante, es todo lo que se sabe de esta sencilla leyenda. Mientras que la segunda se desarrolla en Polonia, específicamente dentro del palacio del rey Estanislao I Leszczynski.
Lugar en el cual nacerían los suspiros, de la mano del cocinero del rey, quien inspirado en una receta alemana, crea la primera versión de este postre. Y tiempo más tarde causaría furor cuando la hija de dicho rey se casó con Luis XV, y la difundió a toda Francia.
Finalmente, la tercera teoría resulta la menos extravagante. Y nos habla sobre un obrero galés llamado Wirly, que pertenecía a la clase social baja, pero a quien un día la suerte le sonreiría cuando por accidente bate demasiado las claras con las que elaboraba su mayonesa, formando un merengue que colocó a sus empanadas, pero que no toleró, así que tras aplicarselo a una torta, halló que sabía muy bien.
Curiosidades
Una de las mujeres más entusiastas por los suspiros, fue la famosa reina María Antonieta, e incluso, a tal grado que aprendió a hacerlos con sus propias manos.
Lo cual era un poco más complejo que hoy en día, pues hasta inicios del siglo XIX, las personas formaban los suspiros con ayuda de una cuchara, previo al proceso de horneado.
Y tras esto, se consumían a mitad de la tarde. Ese punto que actualmente se denomina «merienda».
