¿Sabías qué?
Además del pollo y los vegetales, también se emplea el arroz, para darle un poco más de espesor, y peso en el estómago del comensal. Aunque está la opción de no incluirlo en el plato, si el comensal no lo desea. Dado que muchos prefieres sustituir este, por las presas del pollo o sus vísceras.
Este plato es un revitalizante. Otorgando energías y fuerzas al consumidor, siendo capaz de aliviar un poco la congestión nasal de un enfermo, y de levantar a una persona el día siguiente a una noche de copas. De hecho, su venta y distribución se adaptaba mucho a estos puntos. Iniciando a las cinco de la mañana, para que llegase a todo aquel que lo necesitara.
Los vendedores se situaban en las calles de la ciudad, especialmente en las más concurridas, para garantizar la salida del alimento. Incluso, durante los años 80, estos comerciantes comenzaron a ubicarse bajo unos toldos que armaban todas las mañanas, para darles un lugar seguro donde comer, a las personas que tenían tiempo de sentarse a degustar el caldo.
Por otro lado, el mayor número de comensales estaba constituido por los trabajadores que debían despertarse y movilizarse muy temprano, como los comerciantes, taxistas, los jóvenes que regresaban a su casa de una fiesta, y algunos empresarios.
Aunque estos últimos, en menor medida. Dado que el aguado de gallina durante sus primeros años, era consumido principalmente por personas humildes y de clase trabajadora.
Y para finalizar, ¿sabías que incluso hay menciones de este plato en diversos libros? Es algo completamente certificable, e interesante.
Ahora puedes devolverles el reto a tus amigos y averiguar qué tanto conocen ellos sobre este clásico gastronómico.